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viernes, 14 de octubre de 2016

¡Hola a todos! Les dejo un trabajo sobre el Barroco y con una gran exponente de este movimiento Sor Juana Ines de la Cruz. Espero que les guste y que sea de gran ayuda.

Sor Juana Inés de la Cruz
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, más conocida como Sor Juana Inés de la Cruz hija de Pedro Manuel de Asbaje y Vargas-Machuca e Isabel Ramírez de Santillana, nació en San Miguel Nepantla, México el  12 de noviembre de 1651, en 1952; el descubrimiento de un acta de bautismo que supuestamente pertenecería a Sor Juana, retrasó la fecha de nacimiento de la poetisa a 1648.Murió el 17 de abril de 1695. Fue una religiosa de la Orden de San Jerónimo y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español. Cultivó la lírica, el auto sacramental y el teatro, así como la prosa. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de «el Fénix de América», «la Décima Musa» o «la Décima Musa mexicana». La mayor figura de las letras hispanoamericanas del siglo XVII. Su espíritu inquieto y su afán de saber la llevaron a enfrentarse con los convencionalismos de su tiempo, que no veía con buenos ojos que una mujer manifestara curiosidad intelectual e independencia de pensamiento. Niña prodigio, aprendió a leer y escribir a los tres años, y a los ocho escribió su primera loa. En 1659 se trasladó con su familia a la capital mexicana. Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento. Su afán por saber era tal que intentó convencer a su madre de que la enviase a la Universidad disfrazada de hombre, puesto que las mujeres no podían acceder a ésta. Se dice que al estudiar una lección, cortaba un pedazo de su propio cabello si no la había aprendido correctamente, pues no le parecía bien que la cabeza estuviese cubierta de hermosuras si carecía de ideas. A los ocho años, entre 1657 y 1659, ganó un libro por una loa compuesta en honor al Santísimo Sacramento, según cuenta su biógrafo y amigo Diego Calleja, Juana Inés radicó en la ciudad de México desde los ocho años, aunque se tienen noticias más veraces de que no se asentó allí sino hasta los trece o quince. Admirada por su talento y precocidad, a los catorce fue dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo. Apadrinada por los marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de Nueva España por su erudición, su viva inteligencia y su habilidad versificadora.

Sor Juana Inés de la Cruz (imag.1)
A finales de 1666 llamó la atención del padre Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, quien, al saber que la jovencita no deseaba casarse, le propuso entrar en una orden religiosa. Pese a la fama de que gozaba, en 1667 ingresó al convento de las carmelitas descalzas de México y permaneció en él cuatro meses, las reglas que regían el convento  eran de una rigidez extrema que lo cual la llevó  a abandonarlo por problemas de salud, ingresó en la Orden de San Jerónimo, donde la disciplina era algo más relajada, y tenía una celda de dos pisos y sirvientas. Allí permaneció el resto de su vida, pues los estatutos de la orden le permitían estudiar, escribir, celebrar tertulias y recibir visitas, como las de Leonor de Carreto, que nunca dejó su amistad con la poetisa
Su celda se convirtió en punto de reunión de poetas e intelectuales, como Carlos de Sigüenza y Góngora, pariente y admirador del poeta cordobés Luis de Góngora (cuya obra introdujo en el virreinato), y también del nuevo virrey, Tomás Antonio de la Cerda, marqués de la Laguna, y de su esposa, Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, con quien le unió una profunda amistad. En su celda también llevó a cabo experimentos científicos, reunió una nutrida biblioteca, compuso obras musicales y escribió una extensa obra que abarcó diferentes géneros, desde la poesía y el teatro (en los que se aprecia, respectivamente, la influencia de Luis de Góngora y Calderón de la Barca), hasta opúsculos filosóficos y estudios musicales.
Sus escritos fueron en su mayoría por encargo, según sus propias palabras, dentro del periodo conocido como Siglo de Oro, que se extiende en su caso desde el año 1680 hasta el 1688. En este caso se destaca su  primera obra "El Sueño", que fue conocido como "primer Sueño", que escribió por gusto personal y no a pedido. Cuenta de 975 versos en forma de silva. Se trata de una alegoría sobre el vuelo del pensamiento y su caída.
Entre los escritos en prosa que se han conservado cabe señalar la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz. El obispo de Puebla, Manuel Fernández de la Cruz, había publicado en 1690 una obra de Sor Juana Inés, la Carta athenagórica, en la que la religiosa hacía una dura crítica al «sermón del Mandato» del jesuita portugués Antonio Vieira sobre las «finezas de Cristo». Pero el obispo había añadido a la obra una «Carta de Sor Filotea de la Cruz», es decir, un texto escrito por él mismo bajo ese pseudónimo en el que, aun reconociendo el talento de Sor Juana Inés, le recomendaba que se dedicara a la vida monástica, más acorde con su condición de monja y mujer, antes que a la reflexión teológica, ejercicio reservado a los hombres.
En la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (es decir, al obispo de Puebla), Sor Juana Inés de la Cruz da cuenta de su vida y reivindica el derecho de las mujeres al aprendizaje, pues el conocimiento «no sólo les es lícito, sino muy provechoso». La Respuesta es además una bella muestra de su prosa y contiene abundantes datos biográficos, a través de los cuales podemos concretar muchos rasgos psicológicos de la ilustre religiosa. Pero, a pesar de la contundencia de su réplica, la crítica del obispo de Puebla la afectó profundamente; tanto que, poco después, Sor Juana Inés de la Cruz vendió su biblioteca y todo cuanto poseía, destinó lo obtenido a beneficencia y se consagró por completo a la vida religiosa.

Firma autógrafa de Sor Juana (imag.2)
Para 1692 y 1693 comienza el último período de la vida de Sor Juana. Sus amigos y protectores han muerto: el conde de Paredes, Juan de Guevara y diez monjas del Convento de San Jerónimo. Las fechas coinciden con una agitación de la Nueva España; se producen rebeliones en el norte del virreinato, la muchedumbre asalta el Real Palacio y las epidemias se ceban con la población novohispana.
Murió mientras ayudaba a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera que asoló México en el año 1695. La poesía del Barroco alcanzó con ella su momento culminante, y al mismo tiempo introdujo elementos analíticos y reflexivos que anticipaban a los poetas de la Ilustración del siglo XVIII. Sus obras completas se publicaron en España en tres volúmenes: Inundacióncastálidas de la única poetisa, musa décima, Sor Juana Inés de la Cruz (1689),Segundo volumen de las obras de Sor Juana Inés de la Cruz (1692) y Fama y obras póstumas del Fénix de México (1700), con una biografía del jesuita P. Calleja.



Obras y poemas más relevantes

Poemas

·       Amor inoportuno 
·       Ante la ausencia 
·       Cogióme sin prevención
·       De amor y de discreción 
·       Día de Comunión 
·       Dime vencedor rapaz
·       Este amoroso tormento
·       Excusándose 
·       Expresa los efectos 
·       Finjamos que soy feliz
·       Letras para cantar 
·       Nacimiento de Cristo 
·       Oración (traducida) 
·       Primero Sueño 
·       Pues estoy condenada
·       Redondillas
·       Sentimientos de ausente 
·       Teme que su afecto 
·       Ya que para despedirme
Soneto
·       A su retrato
·       A una Rosa 
·       Detente sombra 
·       Esta tarde, mi bien 
·       La sentencia de Justo 
·       Verde embeleso 
Dramática
·       La gran comedia de La segunda Celestina, en colaboración con Agustín de Salazar y Torres.
·       Los empeños de una casa
·       Amor es más laberinto, en colaboración con Juan de Guevara.
Autos sacramentales
·       El divino Narciso
·       El cetro de José
·       El mártir del sacramento
Otras obras
·       Loa al Santísimo Sacramento
·       Neptuno alegórico
·       El divino Narciso
·       Inundación Castálida
·       Carta Atenagórica
·       Soledades
·       Misa de Gloria en GM (perdida).
·       Tocotín (breve fuga para órgano).
·       "El Caracol" (extenso tratado sobre la música - perdido).


EL BARROCO
El Siglo de Oro fue una época de auge cultural y en el que se dieron varias corrientes. Una de las más importantes fue la del Barroco que abarcó todas las manifestaciones artísticas desde los inicios del 1600, extendiéndose a lo largo de aproximadamente 150 años (1750).
El barroco es un movimiento artístico y cultural dominante en el siglo XVII caracterizado por una evolución de las ideas y aspectos temáticos y formales del Renacimiento.
Al principio el término Barroco no se utilizó más que para las artes plásticas, es en los años 1920 cuando se empieza a hablar de Barroco literario, aunque su período de influencia se ubica entre los siglos XVI y XVII dando la idea de que el movimiento afectó no sólo a la forma y a la plástica, sino también a las formas literarias. Aún más importante, asumir la existencia de un barroco literario supone asumir el barroco como un movimiento de tipo ideológico, no sólo formal y ver su profunda relación con la Contrarreforma. Sin embargo, esto llevó a algunos mucho más allá, negando su relación con el Renacimiento y presentándolo como un movimiento enfrentado, lo que tampoco es cierto.
Este período de revolución artística se manifestó en los campos de la escultura, arquitectura, literatura, arte y música en la mayoría de los países europeos y americanos; no olvidemos que en aquella época América se encontraba recientemente colonizada por los españoles, portugueses e ingleses.
En América el barroco fue introducido en las colonias españolas, portuguesas y francesas, tomando matices propios de las culturas americanas, lo cual se expresó en la ornamentación que tomó rasgos indígenas. Estas expresiones se dieron no sólo en arquitectura, escultura y pintura, sino también en las artes menores como la cerámica y la orfebrería, tomando fama las obras realizadas en la nueva España en platería.
Los motivos del surgimiento de esta nueva manifestación se dieron por varios factores, especialmente relacionados con el mayor exponente de la iglesia católica: el Vaticano. Éste se encontraba bajo duras críticas  por parte de diversos sectores que cuestionaban sus actos de corrupción, la reforma protestante estaba haciéndose sentir, cuestionando a la iglesia católica con la existencia de la virginidad de María y la autoridad del Papa, factores que debilitaban profundamente el poder del clero.
Por otro lado, España, Portugal e Inglaterra se encontraban echando raíces en los nuevos países americanos, ganando tierras y extendiéndose hacia el nuevo mundo; dejando a Italia bajo las sombras de la corrupción y el olvido.
Esto generó en el Vaticano una gran reivindicación de la cual surgieron nuevas pautas a la hora de realizar una obra artística, con motivo de generar una suerte de marketing a la iglesia, recordando directa o indirectamente, cuáles eran las bases de la casa de Dios, mediante un control ideológico manifestado por el arte.
Fue así como surgió el refuerzo de la imagen de María y el misterio de la Trinidad como protagonistas de numerosas obras artísticas. Las temáticas de los lienzos ya no fueron sobre alegorías sobre las antiguas mitologías, la ostentación de los santos y paisajes celestiales inalcanzables. Los santos ahora vestían harapos andrajosos, los mártires mostraban expresiones de dolor bajo un acertado dramatismo que emocionaban al espectador, y la imagen de la Sagrada Familia, y en especial, la de María, eran delicadamente glorificadas.
Paralelamente, también nace el arte temático de naturalezas muertas, como bodegones, paisajes, e incluso costumbristas (con solo ver la imagen de Vieja friendo huevos, de Velázquez podremos darnos una idea de lo que esto significaba).Una nueva pauta que se diferenció del renacimiento, fue que ya los rostros de los bellos modelos desaparecieron, dando lugar a expresiones naturales, resultándonos hoy en día hasta un poco chocantes.


CARACTERÍSTICAS ARTÍSTICAS
El aspecto artístico reflejó fielmente las características sociales de la época. Algunos aspectos detallados de las características en el arte, fueron:
•           Abundancia (en cierto término exagerada) de elementos decorativos
•           Explotación y agudización de los contrastes
•           Imitación de la naturaleza
•           Propensión a lo trascendental, a lo solemne y a lo magnífico
Estas características fueron comunes a casi todas las naciones, pero a pesar de ello, cada una de ellas desarrolló su aspecto artístico dependiendo de su estructura social y su organización política y religiosa, instituciones que ejercieron gran influencia en el desarrollo del arte.
CARACTERÍSTICAS MUSICALES
•           El nacimiento del género operístico
•           La  improvisación
•           Las primeras formas instrumentales (instrumentos de cuerda; Viola, Violín, Violonchelo, a los cuales se fueron agregando otros de percusión y viento)
CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA
En el barroco sobresalen la arquitectura barroca, donde  se encuentra el dinamismo y la búsqueda del movimiento, y la excesiva ornamentación en las fachadas, puertas y ventanas, así como el uso de columnas salomónicas y ofídicas.


CARACTERÍSTICAS DE LA ESCULTURA
En el barroco las esculturas evidencian la expresividad que el escultor quiere plasmar en ellas, exponiendo emociones como tristeza, amor, alegría, o enojo, de manera que quede patente la acción que realiza el personaje esculpido, ya sea este personaje real o  imaginario, como las ninfas y seres mitológicos que se utilizaban durante ese periodo del arte, así como las esculturas religiosas que fueron influidas por la corriente barroca.
CARACTERÍSTICAS DE LA PINTURA
La pintura sobresalió por los efectos luminosos, como contrastes de luz y sombras, llegando a los extremos de pinturas llenas de luz, y obras en donde se resaltaba el claro-obscuro llegando al límite opuesto, al cual se le denominó tenebrismo. Otro aspecto  de la pintura barroca, es el dinamismo en los personajes, a los que se les daba una expresión de movimiento, en donde se captaba el instante dramático, captando expresiones como alegría, tristeza o euforia.
La pintura barroca también se destacó, por un realismo al que se le denomina como naturalismo, pudiendo llegar al feísmo, en algunas obras, como en las pinturas de Goya.

CARACTERÍSTICAS DE LA DANZA
Una de las cualidades de la danza en el barroco, es que poco a poco la danza fue adquiriendo una reglamentación, diferenciándose de las danzas medievales y renacentistas, en las cuales perduraba un cierto desorden en los movimientos. Fueron surgiendo varias danzas distintivas de este periodo como el Minué, el Ballet, la Allemanda, (Alemanda), el Courante, el Bourrée, la Chacona, la Zarabanda, la Tarantela y la Giga.


CARACTERÍSTICAS LITERARIAS
El Barroco trajo consigo una renovación de técnicas y de estilos. En Europa, y sobre todo en España, la Contrarreforma influyó en gran medida sobre este movimiento; las expresiones italianas que llegaban desde el Renacimiento se asimilaron pero al mismo tiempo se españolizaron y las técnicas y estilos se adaptaron aún más a la tradición española.
Los poetas barrocos del siglo XVII, siguieron mezclando estrofas tradicionales con las nuevas, así cultivaron el terceto, el cuarteto, el soneto y la redondilla. Se sirvieron de copiosas figuras retóricas de todo tipo, buscando una disposición formal recargada. No supuso una ruptura con el clasicismo renacentista, sino que se intensificaron sus recursos estilísticos en busca de una complejidad ornamental y de la exageración de los recursos dirigidos a los sentidos, hasta llegar a un enquistamiento de lo formal. También se intensificaron los tópicos que ya venían dándose en el Renacimiento, pero en especial los más negativos: fugacidad de la vida, rapidez con que el tiempo huye, desaparición de los goces, complejidad del mundo que rodea al hombre.
GRANDES ARTISTAS DEL BARROCO
Este período artístico ha sido testigo de grandes genios del arte.
Entre los pintores se destacan, Diego de Velázquez y Francisco de Zurbarán. En la literatura, encontramos verdaderos genios como Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Lope de Vega, Turso de Molina y Calderón de la Barca.
La arquitectura tuvo como su mayor exponente a Gian Lorenzo Bernini, creador de la forma oval de la plaza de San Pedro, quien además fue un exquisito escultor, autor de la magnífica “Fuente del Tritone” y de la conmovedora obra “El éxtasis de Santa Teresa”. En la pintura Rembrandt, Rubens, Caravaggio, Van Dyck y el ya mencionado Velázquez.
En cuanto a los puntos técnicos, surge la aparición del claroscuro, un recurso que resaltaba el detalle que tomaría protagonismo en el cuadro mediante el juego de luces y sombras. Los principales embajadores del arte barroco fueron personajes como Caravaggio, Veermer, Rembrandt, Velázquez, Pacheco Rubens y Murillo, entre muchísimos otros que se manifestaron durante este período.
LA LITERATURA DEL BARROCO
En cuanto a la literatura, surgió la sátira, el culteranismo, el clasicismo y el conceptismo, hablando principalmente sobre la vanidad, la vida humana y la crítica. Sus principales representantes fueron Don Luis de Góngora y Francisco de Quevedo, autor del famoso soneto satírico “A una nariz”, en la cual el autor hace referencia a su deforme nariz de una forma ridícula y divertida.
CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA BARROCA
La literatura floreció durante la época del Barroco, especialmente en España, donde se concentró una cantidad tal de escritores, dramaturgos y poetas de gran calidad, bajo el mecenazgo tanto de la Monarquía como de distintos miembros de las grandes casas nobiliarias, que el siglo XVII recibió el nombre del “Siglo de Oro” de las letras españolas.
La literatura barroca es enormemente compleja y en los escritos de esta época se trataron una enorme cantidad de temas, discutiéndose desde temas tan complejos como la inevitabilidad del destino marcado por las estrellas y trazado por Dios, presente en obras como La vida es sueño, de Calderón de la Barca, hasta premisas relacionadas con el sentimiento amoroso y la lucha constante entre el individuo y la sociedad, como se puede ver en algunas obras de Lope de la Vega como El perro del hortelano. El pesimismo, la futilidad de la vida humana, el desengaño vital, la sátira, la crítica política e incluso la sátira mordaz (de la cual Quevedo es su mejor representante) se convierten en temas comunes en este periodo en el que las constantes guerras, las hambrunas y los problemas políticos sumen en la desesperación a la sociedad, aunque los temas universales como el amor, la religión, la venganza, el deseo constante de alcanzar la felicidad y el honor siguen siendo fundamentales.
En el periodo barroco triunfa el teatro por encima del resto de los géneros, surgiendo figuras tan importantes como Calderón de la Barca y Lope de Vega. El éxito que tenía el teatro entre todas las capas de la sociedad durante la edad Moderna y las posibilidades expresivas y argumentales que proporcionaba a sus creadores le convirtieron en el arte más importante de este periodo. Existían muchas variantes del estilo teatral con sus propias variantes, como el teatro cortesano o el religioso, pero fue la Comedia Nueva, instaurada por el gran Lope de Vega, la que triunfó en esta época. Esta fórmula acababa con las restricciones que hasta entonces habían impuesto al teatro las formas clásicas impuestas en la época renacentista a imagen y semejanza de las obras clásicas de Grecia y Roma, y permitía mezclar elementos trágicos y cómicos, romper con la famosa regla de las tres unidades aristotélicas (unidad de lugar, tiempo y acción) y se dividían las obras en tres actos principales, realizando la presentación, el nudo y el desenlace de la trama en concordancia con cada uno de ellos.
Los temas de la comedia nueva eran muy variados, aunque los amorosos, históricos y filosóficos se convirtieron en los más habituales. Como no podía ser de otra manera, el creador de la Comedia Nueva, Lope, fue su máximo representante, con obras como La dama boba o El perro del Hortelano. Sin embargo, pese al auge de la comedia, las tragedias y los dramas continuaron teniendo un gran éxito y se consideraba que tenían una categoría mayor a la de la comedia, al considerarse mucho más compleja y artística que esta última. En la tragedia y el drama, la defensa del honor, la lucha por la libertad personal, la filosofía, la religión y el desengaño amoroso fueron los temas principales, creándose obras tan inmortales como Fuenteovejuna, El gran teatro del mundo o La vida es sueño, por citar solo unas pocas.
Sin embargo, también es cierto que la novela avanzó en popularidad. Habiendo surgido como tal durante la época renacentista, en el periodo barroco gana adeptos especialmente con el surgimiento de la literatura picaresca, que se considera que tiene al famoso Lazarillo de Tormes como precursor. Este tipo de literatura está protagonizada por personajes que se han venido considerando como una suerte de antihéroes que, ante unas circunstancias adversas, hacen todo lo que pueden por sobrevivir y mejorar su situación sin importarles que tengan que engañar o perjudicar a otras personas, generalmente de una catadura moral tan baja como la suya. Aunque generalmente se ha determinado que estas obras tenían muchas veces una intención moralizante, la verdad es que pintaban una imagen realista de una sociedad en plena decadencia donde sobrevivir era terriblemente difícil, especialmente entre los estamentos más bajos de la misma. En este ámbito, destacan el popular Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, La vida del Buscón llamado don Pablos, de Francisco de Quevedo o Las Harpías de Madrid, de Alonso Castillo.
Por último, la poesía continuó siendo considerada como el principal arte literario. Fue precisamente en el ámbito de la poesía en el que destacaron las tendencias del culteranismo y el conceptismo, aunque ambas tendencias también se dieron en otros estilos literarios a menor escala. Vistas generalmente como opuestas (consideración a la que ha contribuido en gran medida las legendarias batallas dialécticas en las que se enzarzaron defensores de una u otra tendencia), ambas son, en realidad, complementarias, en el sentido de que ambas tendencias buscan reflejar un determinado pensamiento de forma original y rompiendo el equilibrio renacentista que promulgaba la necesidad de una concordancia entre forma y contenido. De esta forma, presentan una mayor libertad, aunque eligen hacerlo de formas distintas.

Por una parte estaba el conceptismo, que tuvo en Quevedo su mayor representante, basa el desarrollo del texto en los conceptos, utilizando un lenguaje lleno de contenido, creando dobles sentidos, asociaciones de palabras, equívocos, hipérboles y paradojas que les ayudan a realizar creaciones de gran riqueza y significado. Por su parte, el culteranismo, donde destacó Góngora, daba una mayor importancia a la belleza formal, creando textos de gran belleza externa que, sin embargo, solían carecer de la profundidad de los creados por los conceptistas. Al ser la forma tan importante para ellos, solían utilizar un vocabulario extremadamente culto, usando frecuentemente latinismos, intrincadas metáforas y referencias a grandes autores del pasado que hacían que sus textos fueran extremadamente complicados y muy ricos en matices. Algunos de los poemas más importantes de este periodo, por citar solo algunos, son la famosa Fábula de Polifemo y Galatea, de Góngora o los famosos poemas de amor de Quevedo.
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